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El codo de tenista, o epicondilitis lateral, es una enfermedad del codo provocada por el exceso de uso. No es sorprendente que jugar tenis u otros deportes de raqueta provoquen esta enfermedad. Sin embargo, otros deportes y actividades diferentes también pueden ponerlo en riesgo.

El codo de tenista en una inflamación de los tendones que unen los músculos del antebrazo con la parte exterior del codo. Los músculos y los tendones del antebrazo se dañan debido al uso excesivo, al repetir los mismos movimientos una y otra vez. Esto produce dolor y sensibilidad en la parte exterior del codo.

Existen muchas opciones de tratamiento para el codo de tenista. En la mayoría de los casos, el tratamiento implica un abordaje en equipo. Los médicos de atención primaria, fisioterapeutas y, en algunos casos, los cirujanos trabajan juntos para ofrecer la atención más efectiva.

 

Anatomía


La articulación de su codo está formada por tres huesos: el hueso del brazo (húmero) y los dos huesos del antebrazo (radio y cúbito). Existen unas protuberancias óseas en la parte inferior del húmero llamadas epicóndilos. A la protuberancia ósea de la parte exterior (lado lateral) del codo se le llama epicóndilo lateral.

Los músculos, ligamentos y tendones mantienen unida la articulación del codo.

La epicondilitis lateral, o codo de tenista, implica los músculos y los tendones del antebrazo. Los músculos del antebrazo extienden la muñeca y los dedos. Los tendones del antebrazo, a menudo llamados extensores, unen los músculos al hueso. Se unen al epicóndilo lateral. Al tendón usualmente involucrado en el codo de tenista se le llama extensor radial corto del carpo (ECRB).

 

Causas


Uso Excesivo

Estudios recientes demuestran que el codo de tenista a menudo se debe al daño en un músculo específico del antebrazo. El músculo extensor radial corto del carpo (ECRB) ayuda a estabilizar la muñeca cuando el codo está recto. Esto ocurre, por ejemplo, durante un golpe de fondo de campo en tenis. Cuando el ECRB se debilita debido al uso excesivo, se forman desgarros microscópicos en el tendón donde se une al epicóndilo lateral. Esto produce inflamación y dolor.

El ECRB también puede tener un mayor riesgo de dañarse debido a su posición. A medida que el codo se flexiona y extiende, el músculo se frota contra las protuberancias óseas. Esto puede provocar desgaste gradual y desgarro del músculo con el transcurso del tiempo.

Actividades

Los atletas no son las únicas personas que pueden padecer codo de tenista. Muchas personas con codo de tenista participan en actividades laborales o recreativas que requieren el uso repetitivo y vigoroso del músculo del antebrazo.

Los pintores, plomeros y carpinteros son especialmente propensos a desarrollar codo de tenista. Los estudios han demostrado que los trabajadores automotrices, cocineros e incluso carniceros padecen codo de tenista con mayor frecuencia que el resto de la población. Se cree que la repetición y levantamiento de peso necesarios en estas ocupaciones conlleva a las lesiones.

Edad

La mayoría de las personas que padecen codo de tenista tienen entre 30 y 50 años de edad, aunque cualquier persona puede padecer codo de tenista si tiene los factores de riesgo. En los deportes de raqueta como el tenis, una técnica de golpe inadecuada y el equipo inadecuado pueden ser factores de riesgo.

Desconocida

La epicondilitis lateral puede ocurrir sin ninguna lesión repetitiva reconocida. A este caso se le llama «insidioso» o de una causa desconocida.

 

Síntomas


Los síntomas del codo de tenista se desarrollan gradualmente. En la mayoría de los casos, el dolor comienza siendo leve y lentamente empeora a lo largo de semanas y meses. Usualmente no hay una lesión específica asociada con el inicio de los síntomas.

Los síntomas y signos comunes del codo de tenista incluyen:

  • Dolor o ardor en la parte exterior del codo

  • Fuerza de agarre débil

Los síntomas a menudo empeoran con la actividad del antebrazo, tal como sostener una raqueta, girar una llave o sacudir las manos. Su brazo dominante a menudo es el afectado; sin embargo, ambos brazos pueden ser afectados.

 

Examen médico


Su médico considerará muchos factores para realizar un diagnóstico. Estos incluyen cómo se desarrollaron sus síntomas, cualquier factor de riesgo ocupacional y su participación en deportes recreativos.

Su médico le preguntará cuáles actividades provocan los síntomas y en qué parte del brazo se presentan los síntomas. Asegúrese de informar a su médico si alguna vez se ha lesionado el codo. Si tiene un historial de artritis reumatoide o enfermedad de nervios, avísele a su médico.

Durante el examen, su médico usará una variedad de pruebas para determinar con precisión el diagnóstico. Por ejemplo, su médico puede pedirle que intente enderezar la muñeca y los dedos contra una resistencia con el brazo completamente recto para ver si esto le causa dolor. Si la prueba es positiva, esto le indica a su médico que esos músculos pueden no estar sanos.

Pruebas

Su médico puede recomendar pruebas adicionales para descartar otras causas de su problema.

  • Radiografías. Estas pruebas proporcionan imágenes claras de estructuras densas como los huesos. Pueden descartar la artritis del codo.

  • Imagen de resonancia magnética (MRI). Si su médico cree que sus síntomas son relacionados con un problema del cuello, le puede ordenar una imagen de resonancia magnética. Las MRI muestran detalles de los tejidos blandos y ayudarán a su médico a ver si tiene un posible disco herniado o artritis en el cuello. Estas dos enfermedades a menudo producen dolor en los brazos.

  • Electromiografía (EMG). Su médico puede ordenar una EMG para descartar una compresión de nervios. Hay muchos nervios que envuelven el codo y los síntomas de compresión de nervios son similares a los del codo de tenista.

 

Tratamiento


Tratamiento no quirúrgico

Aproximadamente 80% a 95% de los pacientes tienen éxito con un tratamiento no quirúrgico.

Descanso. El primer paso hacia la recuperación es darle a su brazo el descanso adecuado. Esto significa que tendrá que suspender su participación en deportes o actividades de trabajo pesado durante varias semanas.

Medicinas antiinflamatorias no esteroideas. Los medicamentos como la aspirina o ibuprofeno reducen el dolor y la inflamación.

Revisión del equipo. Si participa en un deporte de raqueta, su médico puede animarlo a que mande a revisar su equipo para verificar si es adecuado para usted. Las raquetas más rígidas y con cuerdas más flojas a menudo pueden reducir el esfuerzo en el antebrazo, lo que significa que los músculos del antebrazo no tienen que trabajar tanto. Si usa una raqueta demasiado grande, cambiar a una más pequeña puede ayudar a prevenir que se repitan los síntomas.

Terapia física. Los ejercicios específicos son útiles para fortalecer los músculos del antebrazo. Su terapeuta también puede realizar un ultrasonido, dar masajes con hielo o usar técnicas que estimulan los músculos para mejorar la cicatrización del músculo.

Brazalete. Usar un brazalete centrado sobre la parte posterior del antebrazo también puede ayudar a aliviar los síntomas del codo de tenista. Esto puede reducir los síntomas al descansar los músculos y los tendones.

Inyecciones de esteroides. Los esteroides, como la cortisona, son medicinas antiinflamatorias muy efectivas. Su médico puede decidir inyectar un esteroide en el músculo dañado para aliviar los síntomas.

Terapia extracorpórea por ondas de choque. La terapia de ondas de choque envía ondas de sonido al codo. Estas ondas de sonido crean un «pequeño trauma» que promueve los procesos de cicatrización naturales del cuerpo. La terapia de ondas de choque es considerada experimental por muchos médicos, pero algunas fuentes demuestran que puede ser efectiva.

Ejercicio de estiramiento de muñeca con el codo extendido.

Brazalete de contrafuerza.

Tratamiento quirúrgico

Si sus síntomas no mejoran después de 6 a 12 meses de tratamientos no quirúrgicos, su médico puede recomendar la cirugía.

La mayoría de los procedimientos quirúrgicos para el codo de tenista implican extirpar el músculo enfermo y volver a unir el músculo sano al hueso.

El abordaje quirúrgico correcto para usted dependerá de una variedad de factores. Estos incluyen el alcance de su lesión, su salud general y sus necesidades personales. Hable con su médico acerca de sus opciones. Hable sobre los resultados que su médico ha tenido y todos los riesgos asociados con cada procedimiento.

Cirugía abierta. El abordaje más común para la reparación del codo de tenista es la cirugía abierta. Esto implica realizar una incisión sobre el codo.

La cirugía abierta usualmente se realiza como una cirugía ambulatoria. En raras ocasiones se requiere una estadía en el hospital.

Cirugía artroscópica. El codo de tenista también puede repararse usando instrumentos miniatura e incisiones pequeñas. Al igual que la cirugía abierta, esto es un procedimiento de un solo día o ambulatorio.

Riesgos quirúrgicos. Al igual que con cualquier cirugía, existen riesgos con la cirugía de codo de tenista. La mayoría de los aspectos más comunes a considerar incluyen:

  • Infección

  • Daños a nervios y vasos sanguíneos

  • Posible rehabilitación prolongada

  • Pérdida de fuerza

  • Pérdida de flexibilidad

  • La necesidad de más cirugías

Rehabilitación. Después de la cirugía, su brazo puede quedar inmovilizado temporalmente con una férula. Alrededor de 1 semana después, se quitan las suturas y la férula.

Después de que se retira la férula, se inician los ejercicios para estirar el codo y restaurar la flexibilidad. Los ejercicios de fortalecimiento graduales y ligeros se inician alrededor de 2 meses después de la cirugía.

Su médico le informará cuándo puede regresar a la actividad atlética. Esto es usualmente 4 a 6 meses después de la cirugía. La cirugía del codo de tenista se considera exitosa en 80% a 90% de los pacientes. Sin embargo, no es inusual ver una pérdida de fuerza.

 

Nuevos Avances


Actualmente se está investigando la efectividad que tiene el plasma rico en plaquetas (PRP) para acelerar la recuperación de una variedad de lesiones de tendones. El PRP es una preparación desarrollada a partir de la propia sangre del paciente. Contiene una alta concentración de proteínas llamadas factores de crecimiento que son muy importantes en la recuperación de lesiones.

La investigación actual sobre el PRP y la epicondilitis lateral es muy prometedora. Algunos centros de tratamiento en todo el país están incorporando las inyecciones de PRP en el régimen de tratamiento no quirúrgico para la epicondilitis lateral. Sin embargo, este método aún está bajo investigación y se necesitan más análisis para demostrar plenamente la eficacia del PRP.